Un gesto de ciudad: los leones que regresaron a Caracas su identidad

Por Antonio Ledezma

Un gesto de ciudad: los leones que regresaron a Caracas su identidad

Caracas siempre encuentra la manera de recordarnos quién es, incluso cuando la han querido reducir a la miseria. Entre tantos golpes y descuidos, hay iniciativas que nos regresan a la ciudad que merecemos. Una de ellas fue la subasta de los leones intervenidos por artistas venezolanos, piezas que nacieron para rescatar espacios públicos y sostener causas sociales que no pueden quedar a un lado.

444 Leones para Caracas
444 Leones para Caracas

Conozco bien la historia de estos proyectos. Los impulsamos y acompañé desde mis años en la Alcaldía Metropolitana, porque entendía que una ciudad no se mantiene unida solo con ladrillos y avenidas: también necesita símbolos que convoquen. El león, emblema de Caracas desde su fundación, es uno de ellos. Por eso el programa 444 Leones para Caracas y la iniciativa Santiago, el León con-sentido, impulsada junto a SOCIEVEN, tuvieron tanto impacto en su momento.

Cada pieza fue intervenida por reconocidos artistas que hicieron un esfuerzo serio y creativo para darle a Caracas un rostro más cercano, más humano. Una ciudad puede estar herida, pero no tiene por qué renunciar a su dignidad. Ese era el mensaje de los leones.

Leones con-sentido para Caracas
Leones con-sentido para Caracas

Estas obras circularon por plazas, bulevares y parques; la gente se detenía, miraba, preguntaba. Ese contacto directo con el espacio público generó comunidad, algo indispensable cuando el país atraviesa tiempos tan duros. Sueño con los días en que vuelvan a reunirse para demostrar que el león De Santiago de Caracas sigue vivo. Y vuelve también la intención original: ayudar, sumar, hacer visible la labor de organizaciones que trabajan en silencio, como SOCIEVEN, dedicada a las personas sordociegas. Son causas que hablan de solidaridad real, de compromiso ciudadano, de la mejor cara de Venezuela.

No puedo evitar pensar en lo que significaba para muchos niños y familias ver un león distinto en cada esquina. Era una manera sencilla, pero efectiva, de decirles que Caracas todavía podía ser una ciudad amable, creativa, abierta a los sentidos. Una ciudad que vale la pena recuperar.

Quienes participaron en esa subasta no solo adquirieron una obra: respaldaron la idea de una Caracas que no se resigna. Una ciudad que sigue viva en quienes la cuidan desde adentro y también en quienes, como yo, la seguimos defendiendo desde la distancia.

Caracas es mucho más que la crisis que la ha golpeado. Estas piezas son una muestra de ello. El Mural de Zapata, el museo al aire libre que sobrevive en el Parque de Los Caobos. Son recordatorios de que la identidad no se pierde, de que el arte puede abrir caminos donde la política se detiene, y de que todavía existen manos dispuestas a trabajar por el bien común.

La ciudad siempre vuelve a hablar. Hoy, desde la memoria, lo hace a través de sus leones.